Capítulo 1.2

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En frente de Frey quien estaba atrapada dentro de la jaula, su hermano menor, Loki, había aparecido de repente.

“¿Qué estupidez estás tramando?”

Frey se puso pálida, y apartó sus ojos de él por el miedo.

La mirada de Loki atravesó el pecho de Frey. Sobre sus dos grandes montículos, había un guante blanco perla brillante asomándose— la prueba de su participación en la Fiesta Vespertina.

Del lado opuesto a las barras de hierro, los ojos de Loki se oscurecieron.

“¿Todavía tienes eso? Creo que te dije que te retiraras. No tienes oportunidad de ganarle a nadie. No vas a sobrevivir en absoluto. Retírate ahora antes de que salgas lastimada.”

“… Pero yo…”

“¿No quieres salir lastimada, verdad? Sé obediente y escúchame.”

“Pero yo…”

“¡Silencio!”

Sujetando la bufanda de Frey, Loki tiró de ella con fuerza. La frente de Frey golpeó contra las barras de hierro, chispas volaron de sus ojos.

“¡Los débiles no tienen que decir nada! ¡Sólo tienen que obedecer a los fuertes!”

“¡Woof!”

Sintiendo que su ama estaba en peligro, Rabi empezó a ladrar. Sin embargo, luego de que Loki le lanzara una mirada, se retiró con el rabo entre las piernas. Aunque lucía impresionante, su naturaleza débil ciertamente recordaba a su ama.

Loki soltó violentamente a Frey, cayendo ésta hacia atrás.

“Si tanto deseas completar tu misión, te demostraré lo lejos que estás de alcanzar tu objetivo— ¡Cherubim!”

Ante su orden, el autómata empezó a surgir. Las partes de su cuerpo comenzaron a rotar, expandiéndose un par de alas. En cada una tenía 8 espadas cortas con agudas espinas montadas en ellas.

[Orden]

Sonando como si hubiera pasado por un teléfono, el autómata habló con una voz mecánica.

Levantándose, Frey retrocedió hasta la parte más alejada de la jaula.

“Uu… Hagámoslo, Rabi.”

“¡Woof!”

“Yo también soy… ¡una titiritera…!”

Concentrando su espíritu, liberó magia de la palma de su mano. Fluyendo hacia Rabi, activó su circuito mágico.

Los autómatas creados luego del Renacimiento no eran simples soldados. También se instalaban “Objetos Mágicos” para poder activar las artes mágicas.

Esto era Machinart. Ahorrándoles a los magos la realización de ritos y círculos mágicos incómodos, así era como funcionaba la magia moderna.

Los pelos de Rabi se pusieron de punta, mientras alguna clase de electricidad empezó a correr por su rostro. La energía comenzó a reunirse, y una vez que se llenó, Rabi aulló, y lanzó “algo” parecido a una bola de energía eléctrica silenciosa.

Generó alguna clase de presión acústica increíble que bloqueaba los oídos mientras viajaba. Destrozando rocas en su camino, y lanzando por los aires montones de polvo, se abrió paso.

Cherubim no se movió para esquivarlo, sino que blandió su espada contra ese “algo”.

Una ráfaga de viento extrañamente grande estaba acompañada de un fuerte rugido a partir del ventarrón resultante. Sin usar magia en absoluto, Cherubim dispersó el “algo” de Rabi sin causar daños.

Los ojos de Frey si abrieron grandes. El temblor de sus pupilas rojas señalaba que comprendía que la derrota era inevitable.

El resultado era obvio a estas alturas, pero Loki con frialdad le ordenó a su autómata, “Ve.”

[Estoy listo.]

Cherubim saltó. Una extraña ráfaga de viento se formó, y luego fluyó hacia Cherubim. Recibiéndola, el autómata realizó algunas maniobras ligeras en el aire, con el fin de atravesar a Rabi al caer.

Rabi ágilmente lo esquivó. Sin embargo, los movimientos de su oponente eran más rápidos. Un segundo ataque. Luego un tercero. Bajo la persistente arremetida de Cherubim, Rabi quedó arriconado.

La espada era extremadamente pesada. Con un gran rugido, la espada de hierro cayó, apuntando directamente al cuello de Rabi—

“¿—?”

Desde la posición de Frey, todo lo que pudo ver era oscuridad.

Era una ligera oscuridad ampliamente desplegada. Ese era el cabello de la chica, y las mangas de su kimono.

La jovencita hermosa se había interpuesto entre Rabi y Cherubim. Uno de sus delgados brazos estaba resistiendo el gran peso de la espada, mientras que la otra había apartado del camino a Rabi suavemente.

“¡Tú eres… la autómata de…!”

Frey se quedó mirando con los ojos abiertos de par en par por el shock. Si esta chica autómata estaba aquí, eso significaba una sola cosa.

“En serio, qué despiadados son. ¿Acaso no pueden esperar a que empiece la Fiesta Vespertina mañana?”

Era una voz acompañada por un suspiro exagerado.

Como pensó, Raishin Akabane estaba parado allí, con una mirada de ignorancia fingida en su rostro.




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