Capítulo 15 – La Bestia Salvaje de Verano

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El interior de la base secreta se estaba tiñendo gradualmente de rojo conforme se ocultaba el sol.

Los ronquidos de Hisakawa dominaron el vacío alrededor de él, a diferencia de Menma. El sonido de sus ronquidos era como los de un mocoso.

Era una escena inexplicable.

Estaba yo, que no podía volver a casa; Tsurumi, quien no se fue por alguna razón; y Hisakawa, quien básicamente no durmió anoche y ahora estaba durmiendo como la carne servida en frente de los invitados.

Pero, el tiempo no era tan difícil de soportar cuando estaba con ellos.

Tsurumi ahora estaba leyendo una novela. Yo estaba jugando los aburridos juegos de Hisakawa, y en un parpadeo, ya habían pasado algunas horas.

Era como en los viejos tiempos.

Cuando éramos pequeños, el tiempo de un día pasaba volando, tan rápido que asustaba. Sin embargo, cuando perdía el tiempo en casa, ese tiempo se sentía muy pero muy lento, tan lento que daba impotencia soportarlo.

No obstante, cuando Menma venía, ese tiempo detenido parecía correr otra vez…

En ese momento, Tsurumi alzó la cabeza.

“Ha venido.”

“Eh…”

El sonido de pasos, arrastrando los pies pudo oírse. Entonces, la puerta se abrió.

“Buenas noches.”

La que entró era Anjo; el rostro de Tsurumi de repente se afligió. Antes de que pudiera pensar sobre qué significaba esa expresión…

“… ¡Kuh!”

Debo haber mostrado la expresión más desconcertada e impactada.

“¡¿Menma?!”

“Jintan. Ha pasado años desde que te vi… bueno, quizás no tanto. ¡Esta vez sólo fue apenas medio día!”

Sosteniendo la mano de Anjou, Menma miró alrededor.

Hisakawa, quien seguía envuelto en la manta, también alzó la cabeza confusamente.

“¿Oh… mmm? ¿Jintan? ¿Acabas de decir Menma?”

“¡Menma… ¿está ahí?!”

Oh, mierda.

No pude evitar gritar, ya que la llegada repentina de Anjo y Menma me tomó completamente por sorpresa.

Ciertamente, los rostros de Hisakawa y Tsurumi se tensaron, pero Anjo no, en cambio dijo, “De verdad está aquí.”

Mostró una expresión perpleja… e increíble con incluso más vergüenza. Luego con esa expresión, miró a su mano derecha que Menma estaba sosteniendo.

“¿Está aquí? Se siente un poquito pesada.”

“Heheh. ¡¡Tienes razón!!”

¿Cómo debería tomar esta situación? No había manera de que mi mente pudiera asimilarlo.

“¡Ustedes! ¿Por qué vinieron juntas?”

“Umm… nos encontramos de casualidad.”

“¿Se encontraron de casualidad? ¿No dijiste que no podías ver a Menma?”

“Sí… aunque no puedo verla…”

Menma ahora corrió hacia mí con pasos alegres.

“¡Anjo fue a la casa de Jintan!”

“¡Eh!”

“¡Estaba frente a la puerta! ¡Fue a buscar a Jintan y a Menma!”

¿Anjo? ¿Seguía preocupada por el episodio de esta mañana?

Cuando alcé la cabeza sorprendido, me di cuenta que todos me estaban viendo con una mirada de asombro diferente a la mía.

“Oye. ¿Qué dijo Menma?”

“Ah… ella…”

“Waaa. ¡Menma también tiene esto en casa!”

Menma no entendía ni un poco de la atmósfera a su alrededor y armó un alboroto cerca de la cafetera que Tsurumi había traído.

“… dijo que también tiene esta cafetera en su casa.”

“¡¿Haaaaa?!”

Quedaron estupefactos por lo que dije.

Los tres se quedaron ligeramente boquiabiertos, mostrando la misma expresión. Esto no era tan extraño. Después de todo, anoche nos fuimos sin hacer ningún comentario en profundidad al respecto. Esta debe ser la primera interacción formal que tienen, aunque se trataba de una cafetera.

“Cuando el café hierva con esta cosa, hará un sonido de reviente. ¡Reventará!”

“Dijo que hará un sonido de reviente cuando el café haya hervido.”

“Reviente…”

Fue una frase anormalmente agitada la que dije, casi haciendo que me avergüence mientras lo decía. Anjo ligeramente dijo, “en verdad se siente como algo que Menma diría.”

“Eh…”

Como si esa frase fuera una oportunidad, Hisakawa se levantó de manera abrupta.

“Cierto. ¡Dejemos que Menma pruebe un poco!”

“¡Hisakawa!”

Vertió un poco de café en la taza y la alzó en el aire.

“Oye. Jintan, ¿Menma está aquí? ¿Aquí? ¿O está aquí? ¡Bebe por favor!”

“¡Hisakawa, tú!”

“… ¿Que Menma pruebe un poco?”

Menma miró perdidamente la taza moviéndose de un lado a otro en frente de ella, incrédula.

Entonces, Tsurumi comentó, “A Menma no le gusta beber cosas agrias.”

“¡¿Tsurumi?!”

“Sí. Esto es como aquella vez, ‘démosle a Menma un poco de leche’,” Anjo continuó lo que Tsurumi había dicho.

“¡Anaru!”

Nadie… no había nadie aquí que negara la presencia de Menma.

Sí, en este lugar…

“Nombre.”

Menma tenía su nombre.

Yo estaba poco dispuesto a que ellos consideraran a Menma como un espíritu o esas cosas.

Pero, también tenía muchos miedos infundados.

Ella no era ni un espíritu, ni una alucinación, ni la bestia salvaje de verano. Menma era Menma. En este lugar, Menma tenía verdaderamente su propio nombre.

Aunque no pudieran verla, ellos…

“¡Ah!”

Los ojos de Menma destellaron.

“¡¡Los amo… los amo a todos!!”

Gritando, Menma abrazó a Hisakawa por la cintura.

“¿Mmm? Ah, ahah… ¿Qué sucede?”

No pude evitar reírme.

“Menma te está abrazando.”

“¿Eh? ¡¡Men-Menma!!”

“¡Ahaha!”

“Han pasado años desde que la pasamos tan bien. Oye, Menma… ¿estás apretándome el estómago? ¿Harás que me den ganas de hacer pipí, oye!”

Feliz, Hisakawa giraba en círculos; Menma seguía sus giros mientras se reía.

“¡Poppo, ve a hacer pipí! ¡Menma también quiere ir!”

“Menma dijo que quiere ir a hacer pipí contigo.”

“Ohoh. ¡Menma, no puedes espiar! ¡Esta estímulo es demasiado grande para los niños!”

“Eheheh…”

Mientras conversaban, Hisakawa y Menma se fueron de la base secreta por la puerta.

“Hacer pipí juntos… a eso le faltan los nervios necesarios.”

Anjo murmuró sorprendida. Yo también me sentía muy impotente, acostado en ese lugar.

“¿Yadomi?”

Qué momento tan feliz.

“Es grandioso,” murmuré inconscientemente.

Tsurumi me miró de reojo, “También dije que no lo creía verdaderamente.”

“¡Ah! Sí.”

“Pero…”

Tsurumi continuó.

Como anticipando la llegada de algo, miró llanamente hacia delante…

“Si no lo creo, no podré avanzar.”

“¿Eh…?”

En ese momento… ¡Boom!

“¡¡¡¡Wuaghhh!!!!”

“¡¡Yaaaaaaa!!”

La puerta se abrió violentamente; Hisakawa y Menma irrumpieron con una velocidad que casi los hace caer.

“Hisakawa. Tus folletos.”

“¡Oh! ¡Lo siento… no! La vi. ¡¡La vi!!”

“¿Heh? ¿Qué viste…?”

“¡¡Menma!!”

“¡¿Haaaaaaa?!”

Estaba corriendo en la noche de verano.

Bajo este calor sofocante, sólo se oían las canciones de principios de otoño que recitaban a coro los insectos.

Ahah. ¿Por qué siempre estaba corriendo? Ya había corrido por estos bosques la noche de ayer.

Cuando era pequeño, siempre corría en estos bosques.

“Haah… ¡Haah!”

Mi patrón de respiración se arruinó— parece que las condiciones de mi cuerpo se habían deteriorado mucho.

Hisakawa había estado corriendo durante mucho tiempo delante de mí. Tsurumi y Anjo corrieron en direcciones distintas a la mía. Y cuando fui consciente de dónde estaba Menma, ella ya se había ido.

No creía que había otra Menma.

Pensé que podría ser posible cuando Hisakawa dijo que había visto a Menma anteriormente, ya que Menma era mi alucinación, y era normal que los demás tuvieran alucinaciones similares.

Sin embargo, ahora no podía creerlo. Porque Menma, aunque fuera una llorona y medio distraída, siempre se preocupaba por los sentimientos de los demás. Cada parte de ella constituía la faceta completa de Menma.

Si fueran a considerarla como un espíritu, preferiría que siga siendo mi alucinación para siempre— ese pensamiento se desvaneció sin que lo notara. Menma era Menma. Menma sólo podría ser Menma.

Pero, él me dijo que había otra Menma. Una sensación extraña de corazonada empezó a apalear mi corazón.

Si de verdad había otra Menma.

Esta Menma no estaba con nadie, estaba sola.

Entonces, quiero encontrarla.

Quiero confirmar esto, quiero llamarla; aun si no pudiera verla, quería entenderla.

Menma no podía experimentar la sensación del aislamiento. Si otra Menma fuera a experimentar ese sentimiento, sería demasiado arduo para ella…

“¡¡Wuaaaaaa!!”

Oyendo los gritos de Hisakawa, alcé la cabeza abruptamente.

Los árboles y los zumbidos de los insectos arruinaron mi percepción de la distancia. En ese momento me di cuenta que no solo Hisakawa sino que también Tsurumi, Anjo y Menma estaban más cerca de los que pensé.

“La encontré. ¡Es Menma!”

“¡¿Eh?!”

Miré hacia la dirección que Hisakawa estaba señalando.

“!!”

En el extremo más lejano de mi vista, había una sombra blanca moviéndose a través de las fisuras entre los árboles. El vestido que se levantaba con el viento de la noche le pertenecía a…

“… ¡¿Menma?!”




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