Capítulo 16 – Castigo

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Oyendo el sonido de Hisakawa, ‘Menma’ entrecerró ligeramente los ojos.

Pensó que no sería descubierta, o al menos que no la atraparían. Conociendo tan bien estos bosques, pensó que ninguno de los Super Peace Busters podría atraparla.

Sólo fue una manera de permitirles oler la última fragancia de ‘Menma’.

Hisakawa y los demás habían buscado en una nueva dirección.

‘Menma’ no fue descubierta. Salió de la oscuridad con inquietud, aun así cubierta otra vez por el denso color de la noche.

La oscuridad sólo podía dar lugar a más oscuridad. ‘Menma’ no podía darse cuenta.

“…”

Oculta bajo las sombras de los árboles, ‘Menma’ divisó a Jinta apresurándose con sus pies descalzos hundidos en los arbustos, pero Jinta la vio.

Sí. Jinta no podía verla. Nunca pudo ver a ‘Menma’.

Disfrutando de la fea pose de Jinta corriendo, eso le provocó un sentimiento de diversión a ‘Menma’, y por eso ‘Menma’ levantó las esquinas de sus labios.

Pero, Chiriko de repente gritó.

“¡¡Eh, eh!!”

Todos miraron a Chiriko, incluida ‘Menma’.

Soportando todos esos ojos, Chiriko alzó la cabeza con determinación.

“Con una figura tan grande, sin importar cuánto te depiles las piernas, no tiene caso… ¡¡Matsuyuki Atsumu!!”

“¡Eh!”

Al oír las palabras de Chiriko, ‘Menma’ se hizo añicos.

Los titubeos en su corazón se pusieron en acción— escapó. Sus piernas empezaron a correr por sí solas. Sus abruptas acciones provocaron que sus pantuflas se engancharan con algunos arbustos, haciendo mucho ruido.

“¡¡Ah… ahí esta!!”

“¡¿?!”

Siguiendo la voz de Naruko, ‘Menma’ escapó de allí.

¡Corre! ¡Corre, ‘Menma’! Si esto continúa, quedarás atrapada en la oscuridad otra vez. Todos te olvidarán.

No podía dejar que la olviden, pero definitivamente no dejaré que me atrapen.

Corre. Deja de concentrarte en tus pies. Corre. ¿Cómo podría no concentrarme en mis pies si estoy corriendo en un bosque por la noche?

Era casi como poner mi vida en la cuerda floja— ‘Menma’ corrió a una velocidad increíblemente riesgosa. Y por esta razón, cuando las raíces que sobresalían le obstaculizaron los pies, empujando a ‘Menma’ sobre la cama de arbustos— allí cayó.

“¡¡Rozaduras, rozaduras, rozaduras, rozaduras!!”

“¡Oye, oye! ¡¿Se cayó?!”

Con Tetsudo a la cabeza, los Super Peace Busters llegaron.

La luz de la lámpara brilló sobre el lugar donde la persona con vestido blanco cayó. El destello buscó en medio de la oscuridad por un momento, y entonces, lo descubrieron.

La respiración de todos se bloqueó.

Apareciendo frente a sus ojos estaba una figura usando un vestido blanco— la verdadera figura de la otra Menma.

“Yukiatsu.”

Chiriko murmuró.

Después de mucho tiempo— mucho, mucho tiempo— Chiriko lo llamó por su apodo.

Él se encontraba en malas condiciones.

Sus brazos robustos y sólidos se extendían grotescamente bajo los bordados del vestido. Tenía un listón azul cielo colgándole del pecho. No era una decoración del vestido mismo sino una extensión que él agregó para imitar a Menma. El listón estaba muy ajustado y destellaba.

Entonces, el cabello plateado reflejado bajo la luz de la luna mostró su color original cuando Atsumu inclinó un poco su cabeza.

Era una peluca.

Jinta miró sin ánimos a Atsumu, y luego reaccionó abruptamente.

“Menma…”

Meiko estaba a punto de bajar por la pendiente en la que se encontraba Atsumu. Jinta se apresuró y la siguió.

“¡Espera… ¿Menma?!”

Rozaduras. Jinta se congeló mientras veía bajo la pendiente.

Atsumu, quien había permanecido quieto con la cabeza gacha, la levantó. Una luz cegadora brilló en sus ojos.

“Ah… ¿estás bien?” Jinta le preguntó a Atsumu con tono débil.

“¿Bien…?”

Atsumu mostró una sonrisa siniestra. En un análisis más cercano, Jinta pudo ver que su rostro estaba más pálido que de costumbre, y sus labios rosados, como si se hubiera puesto un poco de maquillaje.

“¿Crees que parezco que estoy bien?”

“Ah…”

“Vamos. ¡Mira mejor!”

Atsumu tomó a Jinta del cuello de su chaqueta, y lo tiró al suelo, montándose sobre él.

“¡¿Mmm…?!”

“Oye. Ya basta. ¡Yukiatsu!”

Cuando Tetsudo quiso bajar hasta allí Chiriko le puso la mano en el hombro.

“Por favor, Hisakawa. Sólo mira.”

“¿Heh? P-Pero…”

“Esta es una oportunidad. Si la arruinamos, estoy segura de que no volveremos a tener otra…”

Ambos estaban a la vista de Chiriko— a la vista de todos.

Atsumu, quien fingió ser Meiko, ahora estaba presionando a Jinta.

“Oye. ¿Me veo como Menma?”

“Mmm…”

“¿Acaso no viste a Meiko? ¡¿Me veo cómo Meiko… me veo como ella?!”

“Yukiatsu… ¡¿Mmm?!”

Atsumu tiró a Jinta del cuello y lo acercó a su propio rostro. Estaban tan cerca que podían sentir la respiración del otro.

“Es mi culpa.”

“!!”

“Ese día, la muerte de Menma fue mi culpa.”

“¿Q-Qué estás diciendo? ¡No fue tu culpa! Fue más como mi culpa… ¡¿Mmm?!”

“¡Fue mi culpa! ¡¡Dije que fue mi culpa!!”

Atsumu sacudió violentamente a Jinta.

Cierto, Jinta podía sentir algo que se derramaba por su rostro— eran lágrimas.

“¿Eh…?”

“Si no le hubiera dicho algo como eso a Menma, Menma no habría muerto… ¡¡soy yo quien provocó la muerte de Menma!!”

Lágrimas abundantes caían de los ojos de Atsumu.

“Si Menma de verdad apareciera, debería aparecerse frente a mí… ¡¡si ella tuviera que ser la maldición de un espíritu con resentimiento, también debería aparecer frente a mí!!”

Si Menma de verdad apareciera…

Jinta giró los ojos y miró a Menma. Menma los estaba viendo seriamente con ojos sinceros.

“¡Pero Menma no apareció! ¡¡No se apareció frente a mí!!”

Aun así, Meiko ahora estaba parada al lado de Atsumu.

“¡¡Por eso, Menma no está aquí… no está en este mundo!!”

Ella estaba junto a él. Él quería sujetar su último rostro, el rostro que pertenecía a una persona que ya no podía abrazar; y por eso rezó para convertirse en un solo cuerpo con ella. Aun así, ella estaba justo a su lado, aunque Atsumu no era consciente de este hecho.

Aun si llorara… aun si su corazón doliera tanto…

“Yukiatsu… ¿Men-Menma?”

Las cejas de Atsumu saltaron ante la reacción de Jinta.

“… ¿Eh?”

Meiko se acercó a Atsumu y suavemente le limpió las lágrimas.

“¡¿Qué?!”

Atsumu ahora sí era consciente. Algo cálido y suave le tocó las mejillas.

“Menma… te está tocando.”

“Ah… ah.”

Todo el cuerpo de Atsumu tembló.

“No… esto no puede… esto no puede…”

Pudo sentirlo.

Antes de que su mente pudiera procesarlo, su cuerpo lo hizo. Recordó la memorable calidez de Meiko.

Estaba confundido. Quería negarlo, pero también quería aceptarlo.

La persona que tanto añoró, Meiko…

Meiko miró a Jinta y le dijo algo al oído. Jinta aceptó los sentimientos de Meiko y asintió con la cabeza de manera solemne.

“Menma quiere decirte algo.”

“Eh…”

“Gracias por la horquilla. Y también dijo que lo siente…”

“!!”

El cuerpo de Atsumu se estremeció muchísimo. Luego, se quitó de encima de Jinta como para escapar.

“¡¡Yukiatsu!!”

Subió apresurándose por la pendiente.

“¡Oye, oye! ¡Yukiatsu!”

Su corazón estaba estremeciéndose. Atsumu no prestó atención a Tetsudo ni a Anjo y pasó frente a Chiriko sin siquiera voltear a ver.

“…”

Chiriko soltó un largo suspiro. Chiriko, quien usualmente le temía al frío, ahora tenía puesta una camiseta inmersa en sudor.

El recuerdo de Atsumu de aquel día era uno que nunca podría olvidar.

Ese día, Meiko salió corriendo de la base secreta, persiguiendo a Jinta. Y Atsumu salió corriendo detrás de Meiko.

“¡Espera, Menma!”

“¡No puedo esperar! Si no corro más rápido, Jinta se escapará.”

“¡No necesitas preocuparte por ese tipo!”

Al oír los gritos de Atsumu, Meiko se detuvo inconscientemente.

“Menma no es una chica fea…”

Atsumu metió su mano en el bolsillo de sus pantalones cortos y sacó una horquilla. Tenía una pequeña flor rosada estampada en ella.

“Es para ti.”

“Eh…”

“Pienso que esta horquilla te quedaría muy bien, Menma.”

Él la había comprado hace un mes, pero no logró encontrar la oportunidad para dársela. No obstante, ahora era el momento.

El rostro de Atsumu se puso rojo, y no se atrevía a mirar a Menma a la cara. Entonces, exclamó, “¡esto es para mi Menma favorita!”

Era la primera confesión que Atsumu o Meiko experimentaban.

“Ah… ¡Lo-Lo siento!”

Sin embargo, Meiko corrió por el pánico.

“Eh…”

“Um… ¡Jintan está a punto de escapar! Um, lo siento… ¡hablemos de esto luego!”

Pum y pop. Meiko se alejó corriendo.

Atsumu sólo pudo ver su rostro apartándose.

“¡Ratas!” Gritó, lanzando la horquilla hacia los arbustos.

La misma horquilla estaba usando la ‘Menma’ que Atsumu fingió ser.

Ya no era ‘Menma’ sino los restos de la persistencia de Atsumu. Era sólo una cáscara de Meiko con una peluca y una horquilla.

Atsumu se apoyó en el cerco del puente, mirando intensamente la peluca. Dejó el vestido a sus pies. Ahora estaba usando una vestimenta ridícula compuesta por una prenda sin mangas, una chaqueta cubriéndolo y pantalones cortos.

Se veía como si Atsumu pudiera descartar fácilmente la apariencia de ‘Menma’, pero en su corazón… si pudiera descartarla de verdad así como se quitaba la ropa, quizás podría haber sido salvado hace mucho tiempo.

“Luces devastado.”

Alzó la cabeza.

Chiriko estaba parada allí. Debió haberlo seguido hasta aquí.

“¿Estás satisfecha ahora?”

“…”

“Lo sabías todo desde el principio…”

“¿No deseas que lo supiera?”

Chiriko sabía dónde compró Atsumu el vestido.

Eso era así porque ella lo compró con él después de clases. No sólo el vestido sino también la horquilla. Se sorprendió incluso por el hecho de que él tuviera una peluca.

Chiriko no preguntó por qué Atsumu los compró. Atsumu no tenía intención de explicárselo.

Ambos se quedaron en silencio. Ellos tenían su propio ‘trauma con Meiko’. Esta era su nueva conexión, diferente a la que tenían cuando eran pequeños.

La conexión debería ser como esta originalmente.

Pero Chiriko…

“¿Por qué me traicionaste?”

“…”

“¿Qué es lo que quieres?”

(¿Qué es lo que quiero?)

Incluso Chiriko no tenía en claro cómo se sentía.

No obstante, Chiriko quería salvar a Atsumu. Quería sacarlo de esa oscuridad llamada ‘Menma’.

Sabía que esto no funcionaría. Sólo echaría sal sobre las heridas de Atsumu, pero Chiriko se había preparado para ello.

(Prefiero sufrir ese dolor por ti.)

“Dámelo.”

“Ah…”

Chiriko levantó el vestido junto a los pies de Atsumu.

Rozaduras…

Se puso el vestido encima.

Luego, le arrebató la peluca de la mano a Atsumu y se la puso. Rápidamente, pasó a tener cabello plateado. Chiriko se convirtió en ‘Meiko’.

“¡Menma!”

Atsumu miró a la Menma que estaba frente a él, llorando.

Entonces, como si hubiera perdido sus fuerzas, se agachó y abrazó a esa ‘Menma’, a Chiriko por su cintura.

Chiriko acarició suavemente el cabello de Atsumu. Era un cabello castaño claro y suave, con fragancia a césped de verano.

“Menma… por favor no vuelvas a dejarme. Por favor no me dejes…”

Atsumu repitió rozándose contra la cintura de Chiriko. Chiriko sonrió con dulzura y solemnemente asintió.

“Lo sé… me quedaré contigo para siempre, Yukiatsu.”

Quedarme contigo para siempre…

Chiriko también estaba herida.

No era algo que hubiera pasado realmente sino sólo su imaginación. Con el vestido en sus manos, todo lo que podía hacer era mirarlo en silencio.

(Nunca podré ser como Menma.)

Atsumu lentamente se levantó.

“¿A dónde vas?”

“¿A dónde podría ir aparte de volver?”

“¿Dónde está el vestido? Dámelo.”

“…”

Chiriko le dio el vestido. Atsumu se lo arrebató violentamente, volteó y se fue.

Viéndolo irse, Chiriko meditó sobre qué podría hacer para poner fin a esta noche interminable. Chiriko no sabía qué hacer.

Realmente dolía— Chiriko estaba dolida.

Pero, no podía llorar, ya que Atsumu en sus ojos estaba mucho más dolido que ella.

La ‘Menma’ de Atsumu se había desvanecido.

Pero era sólo lo que parecía. ‘Menma’ todavía estaba aquí: por aquí, por allá… había signos de su existencia por todas partes.

Nadie podía escapar de ‘Menma’. El rostro de ‘Menma’ los atrapó a cada uno.

El río fluía lentamente debajo de la luz de la luna. El sonido frío del flujo del agua les estaba diciendo que nunca podrían ser perdonados.




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